El viernes se realizó en Plaza de Mayo la marcha por las 51 víctimas de la tragedia de Once. La verdad es que no tenía mucha ganas de escribir al respecto. Tenía más ganas de publicar las fotos y listo. De hecho, había otras fotos para publicar para hoy pero todo el post del 365 cambió con solo haber estado 30 minutos en la marcha. Fue impresionantemente movilizante escuchar a los familiares de las víctimas pedir justicia. Repito, 30 minutos alcanzaron y sobraron para ponerme en la piel de los dolientes y entender lo penoso que debe ser perder a un familiar/amigo en un accidente completamente evitable y lo extremadamente frustrante que debe ser tratar de saciar la sed de justicia rogando respuestas ante un Gobierno ciego, sordo e inoperante.

 Espero que este sea el último post en el que tenga que mencionar algo relacionado con la política. La verdad es que nunca me gusto hablar sobre ella porque es algo que me genera una cantidad de sentimientos encontrados increíbles y más en los tiempos que corren donde parece que si no estás de un lado tenés que estar sí o sí del otro. Si no tenés un bando definido sos un tibio de mierda.

La política, en este país, siempre me pareció para garcas y lamentablemente nunca hubo un político contemporáneo a mi edad adulta que me haya hecho cambiar de opinión, de hecho, todo lo contrario, con el pasar del tiempo se acentúa más mi manera de pensar al respecto.

Espero que este hecho se esclarezca, que se pueda encontrar a los culpables de todo esto y que así los familiares/amigos de las víctimas puedan tener un poco de paz entre tanto sufrimiento/frustración.