Salí de la oficina, me fui hasta la parada del 106 y llegando al Cid Lucho me manda un mensaje del estilo “¿Qué estás haciendo? Venite a casa a tomar unas birras y charlamos.” y eso hice, esos planes que salen de la nada y que terminan cambiando tu humor y tu día por completo. Lucho, mi amigo más longevo y no por que él esté viejo, sino por que nuestra amistad lo está. Nos conocemos desde que somos chicos, muy chicos y acá estamos, 31 años más tarde, casi como si nada hubiese pasado.
Siempre es una genialidad verlo, charlar de todos nuestros mambos y de lo que, verdaderamente quemado estamos.
12/02/2016