Me levanté temprano, como les conté antes, por ese hermoso llamado a la oración y convengamos que ya no dormí más. Estuve dando vueltas un poco en la cama hasta que se hizo la hora de desayunar. Desayuné fuerte y salí a recorrer un poco la ciudad en estas 20 horas de stopover que me tocaron. En la foto principal pueden ver la mezquita que les decía ayer a la noche.

La vista desde el hotel la verdad es que era bastante linda y dejaba entrever como es este lado de la ciudad.

Casi todas son estructuras bajas y lo que más resaltan, cagando un poco la vista, a mi gusto, son los hoteles.

Al rato de haber salido a caminar, me di cuenta que es una ciudad para regresar y estar un buen tiempo. Es hermosa y cuando digo hermosa, no me refiero a Paris…no esa clase de hermosura…es esa hermosura aglutinada en un poco de caos. Esas clase de ciudades me encantan, bueno…estoy yendo a India sin ir más lejos.

Me sorprendió muchísimo la cantidad de banderas hay. Pero hay MUCHAS, por todos lados y de todos los tamaños.

Shawarma, como no amarlo <3

Algo que me pareció divertido es que, mucha gente en la calle, me saluda con el “selam alaikum” y yo contesto con un “hello” o un “hola” muy del estilo “No, no soy turco más allá de que tenga barba”

Creo que, para el regreso, me la voy a recortar un poco jajajajjaja.

Me crucé con una caravana de recién casados. El novio va en un auto y ella en otro. Jamás le saqué a la novia, no es de puto, fue de colgado, me quedé mirando todo. Todos los autos tienen puesto un pañuelo de color blanco en el retrovisor izquierdo.

Seguí caminando y en un momento me perdí, literalmente, y terminé en algo así como en una suerte de estacionamiento de mercado central. No me dio miedo pero debo confesar que corría un viento tremendo y no vine al viaje preparado para el frío (en India, a estar altura del año (abril-mayo) hace 37˚C promedio) y ya me estaba agarrando frío.

Abrí Google Maps (porque si había puesto offline los mapas, tanto de las ciudades de India como Estambul) y tracé el rumbo al hotel. Era bastante cerca donde estaba igualmente (30 minutos caminando) pero me hizo caminar por la ruta jajajajaj ya fue todo.

Algo que también me llamó la atención es que todos los canteros tienen tulipanes de 3 colores diferentes. Debe ser que uno que lamentablemente siempre hace la comparación de donde vive y piensa “Cuánto tiempo durarían esos tulipanes en un cantero público sin ser arrancados?” y la respuesta, lamentablemente también, es la misma: NADA.

Regresé al hotel, me pegué una HERMOSA ducha con agua mega caliente, dormí un rato más y al rato me pasaron a buscar para ir nuevamente al aeropuerto. La recorrida fue corta pero la verdad es que estaba muy cansado para ir a los puntos turísticos típicos de Estambul. Lo bueno es que, al regreso del viaje, tengo el mismo stopover y seguramente, ahí sí, salga a recorrerla un poco más. El sabor que me quedó con esta breve visita es que es una ciudad hermosa y que seguramente, en algún momento, le dedicaré un viaje.

A la lista de “hay que garchar con un italiano antes de morirse” le agrego, sin dudarlo un segundo item que es “hay que garchar con un turco antes de morirse”. Se exceden en facha.