Si llega cierta hora del día donde no retraté nada, siento que la última chance de fotografiar algo, es la comida. A veces hay comida que no vale la pena y quizás ahí es donde aparecen los gatos haciendo alguna boludez y que, como último recurso, a veces hace que la foto del día tengo un poco de onda. Un poco nomás porque, qué lindos los gatos pero hay que dejar de chorear con ellos, por lo mínimo, tres años. Con la comida es lo mismo, pero bueno, Ariel se mandó una tarta de atún espectacular y la masa la hizo casera. Valía la pena. El problema no es la comida, el problema es la foto que es una oda al color marrón claro, marrón mierda, como la foto. Ven? Todo cierra.
07/02/2024