¿Cómo se llama cuando querés mucho a alguien y por esas cosas de la vida, ambas partes cuelgan (o al menos hagámonos cargo de un sólo lado, el mío) y no se ven? Bueno…eso es lo que pasó con mi querido amigo Leo. La última vez que lo vi, su hermosa hija no había nacido, ellos se estaban mudando y yo me pegué un martillazo ayudándolos, ahora ellos ya están mudados, Zoe casi hable 3 idiomas y ellos están embarazados nuevamente. ¿El tiempo pasa? Obvio que pasa y más rápido de lo que uno piensa. Gran tarde gran con dos (ahora 3, próximamente 4) personas que amo profundamente. Como hablamos una vez con una amiga de oro, las relaciones humanas hay que fomentarlas, decir “sos mi amigo” y no verse nunca, no sirve. Nos pusimos al día en todo lo que nos teníamos que poner, nos echamos en cara lo que nos teníamos que echar y seguimos, como si nada.
Que verdad grande esa de que las relaciones hay que fomentarlas, sino se pierden…me agarró un poco de culpa en reflexionar y pensar en todas esas amistades que uno siente que están, que existen pero que no fomenta.
Llegué a casa y lo llamé a John. Si bien ya habíamos quedado que íbamos a charlar la semana pasada (el muy sorete está en al India y la diferencia horaria nos mata), siempre colgábamos. Es así, la vida te juega en contra de vez en cuando.
Otra charla laaaaaarga con este británico hermoso que conocí allá por el 2013 y que quiero como si lo conociese de toda mi vida.
Feriado plagado de emociones.
12/02/2016