El día comenzó llegando a la oficina y encontrarme “esto” en mi escritorio. Mi quería Maru necesitaba que le haga un clean install en su Mac y acá estamos para poder ayudarla (más allá de que hace AÑOS que me dejé de dedicar a arreglar computadoras). Lo que ella no sabía es que no me gusta nada el chocolate blanco. Le dejé la Mac y el chocolate arriba de su escritorio, se enojó porque pensó que le estaba despreciando el chocolate y la idea era que se lo regale a alguien que le guste, queda peor que yo lo regale. Regalar regalos es horrible.

Maurice necesitaba una foto del salón de los busto y su nueva distribución y a eso fuimos. 

Y al rato nos acordamos que teníamos que sacar fotos de la parte trasera de la Casa Rosada, la que da al rio y…nuevamente..a eso fuimos. Probablemente me guste más esta cara de la casa que la principal. Es HERMOSAMENTE simétrica. En la parte central superior hay una obra de un escultor italiano que se llama Carlos Bianchi y la obra se titula “Las Artes y el Trabajo coronando a la Argentina”

Luego aprovechamos y sacamos fotos del lado de “explanada”.

Lo que tiene de genial esto es poder ver la casa desde otra perspectiva. Creo que lo que nos pasa a todos es que, por razones obvias, Casa Rosada la tenemos siempre asociada a Balcarce 50 y podes verla y apreciarla desde este punto de vista es, simplemente, genial. El resto el día siguió entre la llegada de la Polaroid SX-70 que tanto había buscado y el festejo de cumpleaños de los chicos. A la negra ya se lo festejamos como 123098103 veces. No sé qué onda!?

A la noche, juntada con Lu, Gime y mis sobrinos. Hacía muuuuucho que no nos juntábamos. Ya era hora.

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