Me levanté relativamente temprano con un mensaje de mi amado Luciano contándome que su papá, Pablo, había fallecido. Siempre tuve el recuerdo de un tipo buenazo. La última vez que lo vi fue para el cumpleaños de Lucho del 2017 que lo “celebró” (detesta celebrar sus cumpleaños) en la casa de sus abuelos y comimos unas pastas. Tengo mucha bronca porque tengo foto de la pasta, pues señor gordo, pero no la foto de Pablo y todos nosotros comiéndolas. Tantos años de profesión al pedo.

En fin…obviamente que no iba a sacar fotos en el velatorio (más allá de que Six Feet Under me haya cagado la cabeza) así que una foto genérica del regreso a casa.

Lucho, si llegas (por alguna de esas casualidades de la vida) a leer este blog/entrada, sabelo que te amo profundamente y sos una de las personas más importantes de mi vida. No nos vemos lo que nos gustaría vernos, no nos hablamos lo que nos gustaría hablarnos pero el amor está ahí, intacto.

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