
Una de las cosas que más me gustan de las vacaciones de enero es que a mi no me gustan y que a un montón de gente sí. Buenos Aires se torna semi vacía y transitable, llegas a tiempo a cualquier lado sin la necesidad de levantarte 5 horas antes. La gente parece que va con otro espíritu, ponele.
Nada del otro mundo el trabajo pero la queja general fue: “Uhh…que larga va a ser esta semana que tenemos que trabajar los 5 días”.
Mucha música para empezar el día y terminar de hacer los reportes bajo la mirada del “Ojo de Sauron” como lo autodenominé.


Hoy, 7 de enero es el cumpleaños de mi vieja. Nada más ni nada menos que 64 años. Como siempre, nos juntamos en el mástil de Plaza de Mayo y nuevamente me encontré el arrío de la bandera

Mi vieja me preguntó si quería tomar un helado y con el calor que hizo hoy y con mi espíritu de gordo no pude resistir esa propuesta. Terminamos en el Freddo de Puerto Madero. Ella: Banana Split, Mousse de Maracuya y Vainilla. Yo: Mousse de Maracuya y Frambuesa. #TodosGordos y putos
Después nos pusimos a caminar un rato por ahí y a charlar de cosas de la vida.








Íbamos a ir a ver The Hobbit pero la función en 3D en el Village empezaba a las 22:00 y se nos iba a hacer cualquier hora y preferimos dejarlo para este fin de semana.
Llegué a casa con cero hambre pero el gordo mencionó las palabras mágica: “Querés comer chocolate?” y ahí vamos de nuevo.

Resumen del día: 1) Feliz cumpleaños mamá, te amo hasta la luna 2) AMO EL CHOCOLATE.
07/01/2013