
Nos vinimos para Hurlingham ayer a la tarde noche. Al mediodía (horario en el que me levanté) me llamó mi cuñada para decirme que a Ariel le robaron el iPhone. Entraron a robar al local donde estaban los dos, se robaron la plata de la recaudación del local y todos los teléfonos de la gente que estaba adentro. Malísimo todo. Por suerte, se lo tomó con bastante humor y poca amargura. Yo estaría llorando a mares.



A la noche, mamá hizo asado. Riquísimo.

Pobre el gordo. Sé que quedó triste. A nadie le gusta que le roben las cosas. Que ira!

06/02/2021