No sé si las nuevas generaciones tendrán (estoy más que seguro que no) de estos en sus casas pero como la  gran mayoría de la gente que me lee nació en los 80s y transitó los 90s, estoy muy seguro que los tienen o saben de que se trata con tan sólo mirarlos. Para los que no sepan que son, me gusta pensarlos como los posts de Instagram de hace 40 años atrás. En la mayoría de los eventos grandes, siempre fue (y es) común contratar fotógrafos/as, pero, ¿cómo era antes la cuestión de entregar las fotos en el momento si no existían las cámaras digitales tales como las conocemos ahora y, muchísimo menos, los celulares? La respuesta es simple: te sacaban una foto, te la revelaban y al final del evento te daban ese plástico que en su interior contenía la foto. En la parte más fina tiene una lupa y en la parte más gruesa tiene un plástico que deja filtrar la luz y eso permite que se pueda ver la foto con total claridad. La gracia de estos ‘cosos’ (en ingles se llaman transparency slide viewers) es que son llaveros, entonces, podías llevar las fotos de tus “”””seres amados”””” a todos lados y mostrarlas. Una genialidad que, claramente, nadie usaba como llavero pero que sí terminaba en la caja de zapatillas con todo el resto de los álbumes de fotos y que, TODO EL MUNDO, termina mirando. El que había en mi casa era de color celeste claro y retrata una salida cuando fuimos con mi padre biológico, mi vieja y mi hermano a ver las carreras de midgets en el estadio de Chicago.

Estos dos son de mi suegra y me los llevé a casa para poder scannearselos y que pueda ver las fotos en grande, matando así toda la magia ‘del cosito’, pero bueno, la vejez conlleva ciertas cosas que uno no puede manejar.

Comimos huevo de pascua y también saqué una foto con la polaroid de la misma flor que está acá publicada pero parece que el químico ya está medio seco y me salió cualquier cosa.

Espero que este post los haya hecho sentir tan viejos como a mi :))

04/04/2021

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