Mientras intento armar el bolso y preparar las cámaras (me voy por trabajo tres días a Tucumán) tengo que estar viendo que el gato no haga cagadas. Les juro, saco una foto para el 365, miro para afuera y Astor está a punto de irse a la casa del vecino. Si no lo cago a pedo, casi más se van. Tuvimos que mover esas ventanas de lugar. Ahora a ponerle algo a la columna del toldo. Vio que el otro gato se podía trepar y él no podía ser menos. Son un amor y los amo PROFUNDAMENTE pero a veces son todo un peligro.
14/09/2021