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  • Segundo día consecutivo que salgo con Sebas a sacar fotos. Hoy nos tocó vacunatorio en Pilar. Sebas suele ser mi prueba de cámara casi siempre. Tengo un montón de fotos de él como “testing testing” en diferentes locaciones. Debería hacer un libro con sus fotos. Ahora que recuerdo, cuando fuimos a INVAP el muy hijo de puta también me usó de testing. Un horror.

    Hicimos el laburo que teníamos que hacer y regresamos para Capital. El resto de la tarde transcurrió en editar las fotos, entregarlas y ver como Néstor dormía sobre la pila de ropa limpia. Me daba pena moverlo. <3

    Pd.: Sebas, dos días seguidos con la misma ropa. ¡¡Dale!! (venganza por las fotos horrendas en Bariloche :P )

  • Salimos con Sebas a trabajar. La idea es retratar frutas y verduras de estación. Nos encontramos con un Diego Roa original por las calles de San Telmo. Regresamos a Rosada, almorzamos, vimos a algunos de los chicos de la vieja oficina y nos fuimos.

  • Otro domingo de flojera y van…

    Se nos volvió a “romper” Rodolfo. Se queda trabado mirando la pared fijamente. Es nuestro gato defectuoso. Estuvo así como treinta minutos. Un cosa amorosa. Dos bizcos, uno demente y uno viejo y senil. ¡¡Después te dicen que no compres!! jajajajajaja Mentira, mentira. No compren, adopten que es hermoso.

    De cena, pizza de Banchero. ¿La mejor de Buenos Aires? No. ¿Una de las mejores? Sin duda alguna.

  • Se dignó a regresar el señor después de estar una semanas ausente. Que paz para ambos, igual. La convivencia es genial pero, a veces, descansar un poco del otro es necesario. Pedimos empanadas en rincón norteño y planeamos (sin éxito) ver una película. Hay cosas que no cambian. ♥️

  • Me desperté temprano (antes de mi ‘horario laboral’) y me puse a lavar la ropa aprovechando que no iba a llover. ¿Qué pasó? Llovió. Lo bueno es que tengo una parte techada y puedo colgar la ropa ahí sin problema.

    Sigo viendo Naturo Shippuden. Si bien el animé (tanto shippuden como Naruto ‘normal’) tienen millones de cosas que son extremadamente profundas, todas las escenas en la que Naruto habla con Kyūbi/Kurama me parecen algo de otro mundo. Esa cuestión personal de hablar/lidiar “con tu demonio interno” me parece algo en lo cual me siento muy identificado. No saben lo que vengo llorando. Simplemente, véanlo.

    Esos ojos, bebe!

    El resto de la tarde transcurrió en jugar con los gatos y pedir sushi de cena.

  • Desde ayer decidí que no todos los posts van a llevar título. Hay veces que tengo que pensar nombres y termino escribiendo cualquier cosa (como la mayoría del contenido de los posts) simplemente por la “presión” de tener que nombrarlo. ¿Ven? Otro día y otro post sin nada que contar que no sea una tremenda pelotudez. ¯\_(ツ)_/¯

  • Me tocó ir a cubrir el mapping que se realizó sobre la fachada oeste de Casa Rosada. Estuvimos con Leandro (él hace video) registrando todo. Enviamos el material desde la oficina y nos fuimos. La vista hacia el CCK que tiene la oficina es espectacular. 

    Le debía una salida con birra a mi querida Mariana y la otra vez se la cancele y medio que se enojó, así que, hoy saldé mi deuda (¿saldé mi deuda Mariana?). Yo creo que sí. Siempre es lindo ponerse en pedo tomarse una birra con ella.

    Pd.: Parece que Mariana está detonada pero no lo está. Es sólo el pelo en la cara. No sé si es porque estoy viendo mucho Naruto o por mi fanatismo por Kill Bill pero en esta foto parece esos mujeres yakuzas destinadas a matar y me encantó por eso. 

  • Si bien el verano terminó el 20/03, para mí lo hace cuando levanto la pileta y eso acaba de pasar hoy. Hay que lavarla, dejarla secarse, doblarla y guardarla en su respectiva caja. Todo eso lo haré mañana.

    Llegaron los 20kgs de piedras para gatos. Nada que me produzca más fiaca que tener que comprar reiteradas veces cosas que sé que voy a necesitas. Prefiero hacer una compra grande y saber que las tengo que comprar 40 veces la misma cosas en diferentes oportunidades, por eso los cuarenta kilos.

    El resto del día pasó sin pena ni gloria.

  • Me corté el pelo. Fin del día.

    Pd.: ¿Quién garcha saca fotos con el dedo mayor? Evidentemente, yo. #ElHorror

  • Siempre me gustó como guarda los broches mi suegra. Tiene mezclados los de madera y los de plástico en un mismo cajón pero lo que más me gusta es la manera en que los usa: cuando tiende la ropa, no mezcla los de madera con los de plástico y cuando usa estos últimos, agarra el mismo par y ¿qué quiero decir con esto? que si tiende algo con un broche amarillo, la otra punta de la ropa tiene que estar tendida con otro broche amarillo. No puede ser de otro color. Amo ese nivel absurdo de TOC. Amo fuerte.

  • Esta altura del año tiene unos atardeceres impresionantes pero creo que lo que más me gusta es saber que se fue el verano y viene la etapa del año donde hace frío. Adiós verano, no te voy a extrañar nunca.

  • ¿Estamos hablando de la mejor escena de Naruto? Yo creo que sí. No estoy preparado para llorar tanto con toda esta parte. No sé qué vendrá pero con todo esto ya me deshidraté.

  • Estuve ordenando la caja donde guardo las cámaras (por eso tanto post con cámaras) y pensando un poco cómo las voy a dejar a mano para usarlas. Obvio que, ante cualquier cosa caja  nueva, los gatos curiosos empiezan a  dar vueltas. La mirada inquisidora de Néstor lo es todo.

    Retomé Naruto Shippuden. Ya vi varios capítulo y es tremendo como levanta la serie, o como decae, dependiendo si es relleno o no. Naruto la vi con relleno, Shippuden (por recomendación de mi hermano y por mi propio bien) creo que la voy a ver sin relleno. Contraté Crunchyroll por un año así que se verá mucho anime.

  • Cuando me mira así se me hace imposible no querer sacarle fotos. Tengo miles de fotos de Rodolfo y siento que siguen siendo pocas. Sin duda, el más lindo de de los cuatro gatos.

  • Hoy me tocó ir al Estadio Unico de la Plata a retratar gente adulta siendo vacunada. Fue muy hermoso de ver como los/as viejos/as salían llorando de la emoción. Si bien el clima no acompañó para lo fotográfico, fue un hermoso día desde lo personal. Tener retratado cada uno de los momentos de esta puta pandemia y estar en la etapa en la que los backups se llaman “vacunación” me parece espectacular.

  • Tengo un montón de cámaras que, o no usé nunca o muy poco. Esta belleza es una de ellas. La usé una única vez y no la usé más. La idea, como había contado en uno de los posts, es empezar a usarlas, el problema suele ser el mismo: ¿dónde? Sigo sin salir como salía antes por la calle y andar gastando rollo por gastarlo me parece un desperdicio. Necesito que el puto mundo vuelva a la normalidad.

  • Le prometí a Mauricio que iba a ser la foto principal de este post y acá estoy, cumpliendo mi promesa. Hacía un año y medio que no iba a la casa de ellos para verlos. Los vi de pasada únicamente en navidad, 10 minutos y en la puerta y nada más pero de quedarme para la merienda, como vengo haciendo todos los domingos de los últimos 20 años de mi vida, no. El parate de todo el 2020 fue una mierda.

    Fue hermoso volver a verlos <3 <3

  • Todo el viaje hasta Hurlingham fue decidir qué queríamos comer. Estábamos muertos de hambre. Ganó el saMBuche de crudo y queso. Al rato de sentarnos a merendar, nos enteramos que el miércoles la vacunan a mi suegra contra el covid. Bien ahí.

    A la noche cenamos asado pero no comí mucho porqué exploté de crudo y litros de amargos durante la tarde, eso sí, las bananas con miel fue algo a lo cual no pude decirle no.

  • Todos sabemos que el plan secreto de los gatos es dominar el mundo y que la manera de hacerlo es enviando información crucial de nuestros usos y costumbres a su nave nodriza mediante los veladores. Si aparezco muerto, ya saben quién fue.

  • Cuando trabajaba de cadete en Coto, recuerdo que fuimos con todo el grupo chico a tomar algo. Una de las cajeras salía con uno de los choferes, entonces, casi siempre, teníamos movilidad asegurada. No se solía organizar mucho, era más bien un “che, vamos a tomar algo?” “dale” y ahí comenzaba la tarde sin saber uno dónde finalizaba la noche. En una de las tantas salidas, terminamos en Mitos Argentinos. Bar emblema de la Ciudad de Buenos Aires. El viaje hasta ahí fue como hacíamos siempre: nos subimos a la Renault Trafic ploteada con el logo de Coto acompañado con la silueta de un repartidor que se parecía bastante a un Julián Weich muy joven. El viaje era de parado para no ensuciarnos la ropa y, obvio está, la novia del chofer y la mejor amiga, sentadas adelante. Los beneficios del amor y la amistad. Muy válido todo. Lo pienso ahora y esa modalidad de viaje era más peligrosa que los juegos del Parque de la Ciudad en los 90s.

    Al llegar, nos trajeron la carta, pedimos unas cervezas y nos avisan que una banda va a tocar el vivo: Balas Perdidas. Así se llamaban ellos. Comienza el show y mientras ellos tocaban, nosotros gritábamos para poder entablar una charla que, seguramente, no tenga ninguna coherencia por el teléfono descompuesto que generaba la propia música. La banda era bastante stone  pero con temas propios. No recuerdo ninguno pero sí que sonaban muy bien.

    Al pasar varios minutos (y a nosotros varias cervezas) le avisan al cantante que el tiempo se acabó, que tiene que subir otra banda a tocar y acá es donde la cosa se pone interesante. Al parecer, el cantante no tenía muchas intensiones de dejar el escenario y los encargados de Mitos se estaban empezando a desesperar. El cantante, cada vez más eufórico, arengaba al  público para que pida otra canción, a lo cual, todos acceden y al grito “¡¡Otra!! ¡¡Otra!! ¡¡Otra!!” los encargados mandan a uno de seguridad a que baje al cantante y es ahí, justo ahí, donde se pudre todo. Una oleada de porrones de cerveza empiezan a volar por los aires. Fans/Banda vs. Seguridad de Mitos. Una cosa increíble de ver. Nosotros nos terminamos escudando detrás de un piano de pared y, entre atónitos y borrachos, no podemos creer nada de lo que está pasando. 

    La cosa terminó con el cantante de la banda afuera de local, todo ensangrentado, colgado de una de las ventanas gritando vaya a saber uno qué. Nosotros, mega borrachos, seguimos tomando cerveza como si no hubiese pasado nada y, lo que más recuerdo de toda esa noche fue salir de de ahí, hacer dos cuadras y ver que había una parrilla al paso abierta. Al día de hoy sigo recordando el sabor de ese saMBuche de vacío.

    Eso es lo que representa San Telmo en mi cabeza. Todo lo que está bien y todo lo que está mal en un mismo lugar. Uno de los barrio más mágicos de todo CABA (si no es el más mágico) rodeado de todo el quilombo habido y por haber. San Telmo es el fiel reflejo de lo que somos los argentinos. En realidad, iba a decir “los porteños” pero en cada rincón de este bendito país hay un San Telmo que te recuerda lo genial que es ser argentino y al mismo tiempo, la mierda en donde nos acostumbramos a vivir. Cambalache se compuso en 1934. Pasaron 87 años y sigue más vigente que nunca.

    Esa fue toda la reflexión que tuve después de haber salido a caminar por San Telmo para ver un departamento que me gustó pero que no nos sirve porque los espacios, de haber escuchado a una cantante de tango a los gritos pelados al lado nuestro mientas tratábamos de hablar y de haberme tomado dos pintas riquísimas con estos dos bellos caballeros. 

    El día de hoy me sacó una sonrisa, la misma que me saca recordar esa anécdota de comienzo de los 2000, de protagonista a un Gastón de veintipocos que no sabía en qué persona se iba a convertir pero que, aún así, sigue conservando un montón de cosas de esa adolescente. Una de ellas, sin duda alguna, es saber que San Telmo aun me hace sentir ese qué sé yo que tanto me gusta.