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Siempre me gustó como guarda los broches mi suegra. Tiene mezclados los de madera y los de plástico en un mismo cajón pero lo que más me gusta es la manera en que los usa: cuando tiende la ropa, no mezcla los de madera con los de plástico y cuando usa estos últimos, agarra el mismo par y ¿qué quiero decir con esto? que si tiende algo con un broche amarillo, la otra punta de la ropa tiene que estar tendida con otro broche amarillo. No puede ser de otro color. Amo ese nivel absurdo de TOC. Amo fuerte.
Esta altura del año tiene unos atardeceres impresionantes pero creo que lo que más me gusta es saber que se fue el verano y viene la etapa del año donde hace frío. Adiós verano, no te voy a extrañar nunca.
¿Estamos hablando de la mejor escena de Naruto? Yo creo que sí. No estoy preparado para llorar tanto con toda esta parte. No sé qué vendrá pero con todo esto ya me deshidraté.
Estuve ordenando la caja donde guardo las cámaras (por eso tanto post con cámaras) y pensando un poco cómo las voy a dejar a mano para usarlas. Obvio que, ante
cualquier cosacaja nueva, los gatos curiosos empiezan a dar vueltas. La mirada inquisidora de Néstor lo es todo.Retomé Naruto Shippuden. Ya vi varios capítulo y es tremendo como levanta la serie, o como decae, dependiendo si es relleno o no. Naruto la vi con relleno, Shippuden (por recomendación de mi hermano y por mi propio bien) creo que la voy a ver sin relleno. Contraté Crunchyroll por un año así que se verá mucho anime.
Cuando me mira así se me hace imposible no querer sacarle fotos. Tengo miles de fotos de Rodolfo y siento que siguen siendo pocas. Sin duda, el más lindo de de los cuatro gatos.
Hoy me tocó ir al Estadio Unico de la Plata a retratar gente adulta siendo vacunada. Fue muy hermoso de ver como los/as viejos/as salían llorando de la emoción. Si bien el clima no acompañó para lo fotográfico, fue un hermoso día desde lo personal. Tener retratado cada uno de los momentos de esta puta pandemia y estar en la etapa en la que los backups se llaman “vacunación” me parece espectacular.
Tengo un montón de cámaras que, o no usé nunca o muy poco. Esta belleza es una de ellas. La usé una única vez y no la usé más. La idea, como había contado en uno de los posts, es empezar a usarlas, el problema suele ser el mismo: ¿dónde? Sigo sin salir como salía antes por la calle y andar gastando rollo por gastarlo me parece un desperdicio. Necesito que el puto mundo vuelva a la normalidad.
Le prometí a Mauricio que iba a ser la foto principal de este post y acá estoy, cumpliendo mi promesa. Hacía un año y medio que no iba a la casa de ellos para verlos. Los vi de pasada únicamente en navidad, 10 minutos y en la puerta y nada más pero de quedarme para la merienda, como vengo haciendo todos los domingos de los últimos 20 años de mi vida, no. El parate de todo el 2020 fue una mierda.
Fue hermoso volver a verlos <3 <3
Todo el viaje hasta Hurlingham fue decidir qué queríamos comer. Estábamos muertos de hambre. Ganó el saMBuche de crudo y queso. Al rato de sentarnos a merendar, nos enteramos que el miércoles la vacunan a mi suegra contra el covid. Bien ahí.
A la noche cenamos asado pero no comí mucho porqué exploté de crudo y litros de amargos durante la tarde, eso sí, las bananas con miel fue algo a lo cual no pude decirle no.
Todos sabemos que el plan secreto de los gatos es dominar el mundo y que la manera de hacerlo es enviando información crucial de nuestros usos y costumbres a su nave nodriza mediante los veladores. Si aparezco muerto, ya saben quién fue.
Cuando trabajaba de cadete en Coto, recuerdo que fuimos con todo el grupo chico a tomar algo. Una de las cajeras salía con uno de los choferes, entonces, casi siempre, teníamos movilidad asegurada. No se solía organizar mucho, era más bien un “che, vamos a tomar algo?” “dale” y ahí comenzaba la tarde sin saber uno dónde finalizaba la noche. En una de las tantas salidas, terminamos en Mitos Argentinos. Bar emblema de la Ciudad de Buenos Aires. El viaje hasta ahí fue como hacíamos siempre: nos subimos a la Renault Trafic ploteada con el logo de Coto acompañado con la silueta de un repartidor que se parecía bastante a un Julián Weich muy joven. El viaje era de parado para no ensuciarnos la ropa y, obvio está, la novia del chofer y la mejor amiga, sentadas adelante. Los beneficios del amor y la amistad. Muy válido todo. Lo pienso ahora y esa modalidad de viaje era más peligrosa que los juegos del Parque de la Ciudad en los 90s.
Al llegar, nos trajeron la carta, pedimos unas cervezas y nos avisan que una banda va a tocar el vivo: Balas Perdidas. Así se llamaban ellos. Comienza el show y mientras ellos tocaban, nosotros gritábamos para poder entablar una charla que, seguramente, no tenga ninguna coherencia por el teléfono descompuesto que generaba la propia música. La banda era bastante stone pero con temas propios. No recuerdo ninguno pero sí que sonaban muy bien.
Al pasar varios minutos (y a nosotros varias cervezas) le avisan al cantante que el tiempo se acabó, que tiene que subir otra banda a tocar y acá es donde la cosa se pone interesante. Al parecer, el cantante no tenía muchas intensiones de dejar el escenario y los encargados de Mitos se estaban empezando a desesperar. El cantante, cada vez más eufórico, arengaba al público para que pida otra canción, a lo cual, todos acceden y al grito “¡¡Otra!! ¡¡Otra!! ¡¡Otra!!” los encargados mandan a uno de seguridad a que baje al cantante y es ahí, justo ahí, donde se pudre todo. Una oleada de porrones de cerveza empiezan a volar por los aires. Fans/Banda vs. Seguridad de Mitos. Una cosa increíble de ver. Nosotros nos terminamos escudando detrás de un piano de pared y, entre atónitos y borrachos, no podemos creer nada de lo que está pasando.
La cosa terminó con el cantante de la banda afuera de local, todo ensangrentado, colgado de una de las ventanas gritando vaya a saber uno qué. Nosotros, mega borrachos, seguimos tomando cerveza como si no hubiese pasado nada y, lo que más recuerdo de toda esa noche fue salir de de ahí, hacer dos cuadras y ver que había una parrilla al paso abierta. Al día de hoy sigo recordando el sabor de ese saMBuche de vacío.
Eso es lo que representa San Telmo en mi cabeza. Todo lo que está bien y todo lo que está mal en un mismo lugar. Uno de los barrio más mágicos de todo CABA (si no es el más mágico) rodeado de todo el quilombo habido y por haber. San Telmo es el fiel reflejo de lo que somos los argentinos. En realidad, iba a decir “los porteños” pero en cada rincón de este bendito país hay un San Telmo que te recuerda lo genial que es ser argentino y al mismo tiempo, la mierda en donde nos acostumbramos a vivir. Cambalache se compuso en 1934. Pasaron 87 años y sigue más vigente que nunca.
Esa fue toda la reflexión que tuve después de haber salido a caminar por San Telmo para ver un departamento que me gustó pero que no nos sirve porque los espacios, de haber escuchado a una cantante de tango a los gritos pelados al lado nuestro mientas tratábamos de hablar y de haberme tomado dos pintas riquísimas con estos dos bellos caballeros.
El día de hoy me sacó una sonrisa, la misma que me saca recordar esa anécdota de comienzo de los 2000, de protagonista a un Gastón de veintipocos que no sabía en qué persona se iba a convertir pero que, aún así, sigue conservando un montón de cosas de esa adolescente. Una de ellas, sin duda alguna, es saber que San Telmo aun me hace sentir ese qué sé yo que tanto me gusta.
De estas hay en todos los 365s que hice. Salí a laburar, crucé la calle, levanté la cámara y saqué esta foto que, como podrán notar, es una mierda pero sirve para rellenar el 365. Sepan que no todos los días uno anda con ganas de sacar fotos y no siempre (aún teniendo ganas) uno saca fotos buenas. Me mata que lo aclaro como si el resto de las fotos que saco son obras de arte valuadas en millones!! jajajajajaja. Que tengan buen día.
Que habilidad más hermosa que no tengo. Creo que odio un poco a la gente que puede acostarse en cualquier lugar, cerrar los ojos y simplemente dormir. Me encantaría pero es algo que no puedo hacer. Cuando era adolescente pensé que de grande eso iba a cambiar, pero no. Sigo siendo un ritualista de mierda al momento de irme a dormir. Mínimo, una hora dando vueltas en la cama para recién decir “bueno, ahora sí” y ni hablar de que no haya ruidos ni nada que emane luz. La habitación tiene que ser lo más parecido a un ataúd. Que paja dormir conmigo. ¯\_(ツ)_/¯
Qué difícil no estar enojado 24/7 con todo lo que pasa en este bendito país, no? Eso y sólo eso. Hay que buscar paz mental a todo costa.
Entre que no me gusta el dulce de leche y que el chocolate me gusta más amargo que con leche, suele ser un tema encontrar algo para el bajón y que Rappi te lo pueda conseguir y traer. Casi siempre “muero” en mi querido Aguila al 60% Cacao. Espero tener algún viaje pronto para atacar el freeshop y traer de esos chocolates ricos que tanto me gustan.
Me encanta la fruta, mucho. No soy de hacerle a asco y soy de los que creen que la fruta si es postre. Vengan de a uno, héteros!! A la tarde/noche nos regresamos para capital que teníamos reunión Celina y Javi. Gran gran GRAN noche.
Rajamos a Hurlingham de último momento porque Ariel tenía que hacer algo con la madre. Nos esperó con empanadas turcas!! Espectacular todo.
Mastechef, cena rica y charla de qué vamos a hacer con la mudanza. La verdad es que hace rato que nos queremos ir de acá pero por una cosa u otra, no se nos da. Espero que encontremos algo urgentemente.
Eso mismo. Acapararon todo. Las sillas, la cama, los olores, las prioridades, la tranquilidad de los otros gatos y la de los humanos también. Todo, todo, TODO pero que lindo que es criarlos. Ver las personalidades completamente diferentes que tienen cada uno y, por sobre todo y muy por lo contrario de lo que piensa el general de la gente, lo extremadamente dulces que son ambos. Hay que desmitificar el hecho de que los gatos son malos o que sí o sí hay que elegir entre gatos o perros. ¡¡Pero que pelotudez!!
También caí en la cuenta que hacía muchos años que no tenía un animal propio y ahora tengo dos a mi cargo. Me parece espectacular comprender que puede pasar un montón de cosas y correr un montón de agua por debajo del puente pero estos dos gatos van a estar conmigo, como mínimo, 15 años. Me vuela la cabeza pensar en eso. Después de Ariel, ellos dos son mi relación más seria después de 16 años. #AhiVamos
Andaba con ganas de sacar fotos con la SRL 680. Tengo cargado el último pack de Polaroid Color 600 Film – Color Frames Edition y esta es la tercera foto que saqué. Las otras dos son de Ariel y de mi vieja. Que cámara más genial pero tiene el problema que tienen casi todas: el autofoco no funciona. El sonar suele ser lo primero que falla y acá nadie las arregla. Intenté buscar el manual para hacerlo yo mismo pero, al parecer, la falla que tiene es de un componente que necesito cambiar y que acá no se consigue. La SX70 Sonar que tengo la arreglé yo pero con esta, lamentablemente, no tuve la misma suerte, así que, tendré que usarla manual. Si en algún momento viajo a USA, hay varios locales que se dedican a la fotografía instantánea y que sé que las arreglan. Cualquier excusa es buena para tomarse un avión.